DEFINITIVO RESCATE PATRIMONIAL DEL COCHE SALÓN DE LUJO, TIPO PULLMAN, EX RENFE ZZ-1101, ADQUIRIDO POR EL ESTADO CON DESTINO A LA EXPOSICIÓN IBEROAMERICANA DE SEVILLA, DE 1929, A BORDO DEL QUE SE TRASLADÓ A ESPAÑA DESDE EL EXILIO PORTUGUÉS, EN 1948, EL REY JUAN CARLOS I. Julio 2007.

El coche salón ex RENFE ZZ-1101 puede ser considerado el coche de ferrocarril más lujoso que ha surcado las líneas de nuestra red ferroviaria a lo largo de los años. De ahí la importancia que para nuestra sociedad debería tener asegurar su existencia y su perfecto estado de conservación. Sin embargo, y por extraño que pueda parecer, las vicisitudes experimentadas por este vehículo llegaron a ponerlo prácticamente en trance de desaparición. Vendido a un particular para montar en su interior una discoteca y fracasada dicha operación, tras lo que sufrió grandes deterioros, fue pasando a otras varias manos que no acababan nunca de asegurar su continuidad.

Por mi parte, entendí irrenunciable poner en marcha una operación para el definitivo rescate de tan histórico vehículo, dada su extraordinaria trayectoria, ligada íntimamente a episodios clave de la reciente historia española. No hay que perder de vista que el coche había sido construido por la prestigiosa firma británica The Metropolitan Carriage, Wagon and Finance Co. Ltd., de Birmingham, en 1928, por encargo expreso del Estado y junto a los otros cinco coches que componían esta serie (del más alto nivel), para el servicio especial a prestar con motivo de la Exposición Iberoamericana de Sevilla, a celebrar en 1929.

De entre los seis citados coches, este en concreto sufrió tras la Guerra Civil una serie de mejoras exclusivas, tras lo que quedó al servicio de altas jerarquías del Estado. Fue este motivo, precisamente, el que le llevaría a afrontar el servicio que lo marcaría para la Historia, pues fue el vehículo elegido, en 1948, para trasladar a España desde el exilio portugués al joven don Juan Carlos de Borbón. De ello dejaron imborrable testimonio las célebres imágenes del NO DO que recogen al futuro rey Juan Carlos I descendiendo de su escalerilla a la llegada a destino. Tras este señalado episodio, el coche siguió durante décadas a disposición de las máximas instancias estatales, por lo que la lista de autoridades de todo tipo trasladas en él a lo largo de los años es interminable.

La operación que puse en marcha para su rescate no resultó excesivamente fácil, pues, lógicamente, era necesaria una elevada cantidad económica, tanto para hacer frente a su adquisición definitiva, como para las intervenciones de rehabilitación necesarias, autorizaciones de circulación, traslados, etc. Recurrí a tal fin a aquellas empresas mercantiles con las que tenía mayor relación y confianza, significando ante sus responsables lo necesaria que resultaba la operación desde el punto de vista patrimonial y poniendo de manifiesto que su decisión empresarial encerraba un puro acto de patriotismo en este terreno.

Logradas, finalmente, las oportunas complicidades empresariales para poner sobre la mesa las importantes cantidades económicas necesarias, pude acabar de articular la compleja operación diseñada, consiguiendo que se suscribiera definitivamente el acuerdo entre los representantes de todas las partes implicadas. Con ello, en 2007, quedaban despejadas definitivamente las dudas sobre su futuro y garantizada su rehabilitación, su traslado y su puesta a disposición de la sociedad española. Lo primero que dispuse fue que se revirtieran algunas de las poco acertadas reformas sufridas por el vehículo durante su última trayectoria, como las de sus testeros, los cuales fueron inmediatamente devueltos a su estado original, y dotados de los correspondientes fuelles de intercomunicación. Con ello y con otras actuaciones, vinieron a recuperarse las distinguidas líneas estéticas que siempre lo habían caracterizado.