CIRCULACIÓN DE UN TREN ESPECIAL, DE CARÁCTER HISTÓRICO, ENTRE MADRID Y ALCALÁ DE HENARES, PARA MOSTRAR PÚBLICAMENTE EL NUEVO MATERIAL FERROVIARIO RECIÉN RESTAURADO Y LLAMADO A FORMAR PARTE DE LA NUEVA COMPOSICIÓN CULTURAL, DE FINALES DEL SIGLO XIX O PRINCIPIOS DEL XX, CON ASISTENCIA DE REPRESENTANTES DEL MINISTERIO DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE. Junio 2013.
Iniciado el verano del año 2013 todo estaba preparado para la presentación en sociedad de la composición remolcada que durante los años anteriores me había esforzado en formar. Pudiendo disponer de la locomotora de vapor Guadix, los vehículos recién autorizados por el Ministerio de Fomento, tras el proceso de modificación normativa llevado a cabo, podían venirse a añadir a la misma y a formar una nueva composición histórica de alto valor patrimonial que, al igual que en la mayoría de los países de nuestro entono, quedara a disposición del conjunto de la sociedad española.
La nueva composición de material histórico, destacable por su coherencia, quedaba compuesta por la locomotora de vapor ex Andaluces (Guadix), de rodaje 140; un vagón tipo J unificado de la inicial época de RENFE, un coche de 3.ª clase de departamentos independientes, procedente de la antigua Cía. de los Ferrocarriles de Lorca a Baza y Águilas; un coche anteriormente de 1.ª clase, reconvertido a 3.ª obrero, procedente de la Cía. de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y a Alicante; un coche salón procedente de la antigua Cía. Nacional de los Ferrocarriles del Oeste de España.
Todos los vehículos acababan de ser sometidos a las oportunas pruebas técnicas, con sujeción a los rigurosos parámetros que en materia de seguridad tenía establecidos el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) para la circulación de este tipo de material por la Red Ferroviaria de Interés General (RFIG). A través de dichos ensayos pudo comprobarse la perfección de las actuaciones técnicas realizadas y la excelente respuesta del material, tanto a nivel dinámico como de eficacia de frenado. Así las cosas, quise que tuviera lugar un acto público de presentación del nuevo tren histórico que, a pesar de toda clase de dificultades, había sido posible formar.
La creación, por vez primera, de una composición ferroviaria de este nivel patrimonial, bien merecía ser celebrada públicamente. Fijé para ello el 29 de junio. Reunido todo el material en las instalaciones de ADIF de Villaverde Bajo y llegado el día señalado, dispuse un desplazamiento previo entre Villaverde hasta la estación de Madrid-Chamartín, desde donde debía tener lugar el inicio del viaje público de presentación. La puesta a punto de los últimos detalles técnicos corrió allí a cargo del equipo especialmente formado para la ocasión, del que formaban parte Luis López, Pablo Posadas, Jorge Melero, Arturo Antón y Bernabé Igea. A los mandos de la locomotora de vapor se encontraban Luis de Mingo y José Luis Parrilla, además de Gregorio Sánchez Subiela.
Ya en Chamartín, la presencia del llamativo convoy en los andenes de la estación quedaba todavía más realzada por la presencia de un nutrido grupo de miembros de la Sociedad Victoriana Augusta, a la que invité a colaborar, los cuales iban, como de costumbre, ataviados con sus llamativas vestimentas de época. Por su parte, muchas de las autoridades y representantes invitados al viaje empezaron a hacer su aparición en el lugar, no sin cierta antelación. Entre ellos figuraba Luis Miguel Boto, concejal presidente de la Junta Municipal del Distrito de Chamartín, quien acudió al acto en representación de Ana Botella, a la que resultó imposible acudir en el último momento.
En los andenes se vivía un feliz clima de encuentros e intercambio de apreciaciones en torno a la magna circunstancia que a todos daba cita. No en vano se trataba de la presentación de una serie de material ferroviario histórico de absoluta singularidad. De hecho, la ocasión no tenía parangón, pues desde mediados de la década de 1960 no habían circulado por lo que hoy es la RFIG coches de viajeros de dos ejes. Se trataba, pues, de la primera ocasión en que este tipo de material volvía a surcar nuestra red ferroviaria. Entre los presentes se encontraba Manuel Galán, desplazado a Madrid especialmente desde la capital hispalense.
Después de que Josep Calvera, colaborador en la organización del acto desarrollado, acabara de dedicar sus atenciones a los diversos invitados que habían acudido a la cita desde las más lejanas procedencias, el convoy inició su marcha. Viajaban junto a nosotros en el coche salón, el comandante José María Verdún y el capitán José Molina, de la Escala Honorífica de Ferrocarriles; Esperanza Morales, en representación de Servicios Industriales y Transportes; y David Tutor, perito técnico de ADIF.
Después de abandonar la capital, el tren empezó a surcar los diferentes parajes de la ribera del Henares. El recorrido, dada la espectacularidad del convoy, se halló jalonado de curiosos y entusiastas que quisieron inmortalizar el paso de tan histórica composición a través de los objetivos de sus cámaras. En el coche salón, y junto a José María de Ibarra, conde de Abásolo, no dejé de recibir felicitaciones de muchos de los presentes. Además de Luis Morenés, viajaba también a bordo del coche salón, junto a mí, la representante oficial del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte para aquel evento, María del Carmen Caro.
Paulatinamente el convoy fue aproximándose a la estación de la histórica ciudad de Alcalá de Henares, en cuyos andenes le aguardaba una amplia concurrencia, ansiosa por ver llegar tan espectacular e inusual convoy. Tras apearse del tren cuantos habían viajado a bordo del mismo desde Madrid, tuvimos ocasión de atender a los medios de comunicación allí congregados y de poner de manifiesto que tan feliz y señalada ocasión no era más que el resultado de años de trabajo y de un profundo y prolongado esfuerzo.
Una vez atendidos los medios de comunicación, quise que autoridades y representantes inmortalizaran el evento con una fotografía tomada frente al coche de mayor distinción de cuantos componían el convoy histórico recién llegado. Allí se situaron, entre otros, José María de Ibarra, conde de Abásolo; María del Carmen Caro, representante del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte; Juan Jesús Domínguez, 1.er teniente de alcalde de Alcalá de Henares (por imposibilidad de asistencia del alcalde local); y Juan Pablo Jiménez, coronel jefe del Instituto de Historia y Cultura Militar, en representación del Ministerio de Defensa.
Los presentes en los andenes de la estación pudieran acceder a los vehículos del convoy y admirar el rigor histórico con el que se había llevado a cabo su restauración. Todo ello en medio del colorido de los trajes de época de los miembros de la Sociedad Victoriana Augusta que, una vez más, volvieron a dar vida a la celebración. Tras ello, la comitiva inició se desplazamiento en autobús hacia los lugares en que debía tener lugar la visita histórica con la que el Ayuntamiento había decidido obsequiar a los presentes.
Terminado el recorrido por los enclaves culturales de la localidad, iniciamos una marcha a pie hacia el Parador Nacional de Alcalá de Henares. Allí había dispuesto que se sirviera el almuerzo ofrecido a nuestros invitados, el cual se hallaba ya dispuesto. Nuestra comitiva institucional se hallaba encabezada por el citado José María de Ibarra, conde de Abásolo. Me acompañaban en la mesa presidencial, entre otros, Juan Jesús Domínguez, 1.er teniente de alcalde del Ayuntamiento de Alcalá de Henares (por imposibilidad de asistencia del alcalde local, Javier Bello); José María de Ibarra, conde de Abásolo; Juan Pablo Jiménez (Ministerio de Defensa); y María del Carmen Caro (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
En el resto de mesas se distribuían el conjunto de los invitados. Entre ellos figuraba una amplia representación del mundo de la cultura y del ferrocarril. Allí estaban Ramón Boada y esposa, en representación de MABAR, o Santiago Gómez y David Rodríguez, entre otros. Una de las mesas representaba especialmente el amplio conocimiento técnico que subyacía tras del éxito de la jornada y de la circulación de un material ferroviario con, en algún caso, más de 120 años de antigüedad. Salvador Barrios, David Tutor y Alejandro González representaban, entre otros, el conocimiento y la capacidad técnica en lo que se refiere al material de ferrocarriles.
Ya a los postres, José María de Ibarra tomó la palabra para agradecer su presencia a cuantos habían correspondido a la invitación cursada, así como las muestras de calor con que habían acogido la circulación tan largamente gestada. Por mi parte, entré en detalles, mientras se proyectaba un audiovisual preparado al efecto, sobre lo que había significado el proceso de restauración de cada uno de los vehículos que componían el convoy. Finalmente, Juan Jesús Domínguez, en nombre de la Corporación Municipal, me agradeció el hecho de haber elegido Alcalá de Henares como destino de tan señalada ocasión ferroviaria.
Finalizado el almuerzo y después del debido descanso del personal del tren, éste se situó de nuevo en los andenes dispuesto a iniciar su recorrido de regreso. Los viajeros fueron embarcando a medida en que llegaban a la estación. La circulación de vuelta ofreció algún momento destacado como el vivido en la rampa de acceso a la estación de Chamartín, donde la locomotora Guadix tuvo que emplearse a fondo para salvar el acusado desnivel existente. Llegados a la citada estación madrileña, el viaje se dio por concluido, finalizando así una memorable jornada que venía a culminar un largo proceso de años de trabajo.