ACTO INAUGURAL DEL SERVICIO REGULAR DEL TREN TURÍSTICO «COSTA BRAVA», CON SU PRIMERA CIRCULACIÓN ORDINARIA ENTRE FIGUERES Y PORTBOU (GIRONA), LLEVANDO A BORDO A AUTORIDADES Y REPRESENTANTES. Julio 2013.
Una vez efectuado, en el mes de noviembre anterior, el viaje piloto de presentación de este nuevo producto turístico-cultural, cuya organización había corrido a mi cargo, debía tener lugar el viaje inaugural que abriera el período de su explotación pública durante el verano de 2013. Explotación basada en dos circulaciones diarias. Una ascendente por la mañana, entre Figueres y Portbou, y una descendente por la tarde, en sentido inverso. Para asistir a dicho acto inaugural, cuya organización me había vuelto a ser encomendada por las administraciones y entidades implicadas, empezaron a darse cita en los andenes de la estación de Figueres gran número de curiosos, además de los propios viajeros que iban a tomar el tren.
Allí se empezaron a dar cita las diferentes autoridades y representantes destinados a apoyar con su presencia personal este nuevo instrumento de dinamización territorial que debía tener relevante importancia para el desarrollo social y económico de la zona septentrional de la Costa Brava. Se hallaba presente, lógicamente, una amplia representación de los medios de comunicación que deseaban cubrir el evento, grabando escenas de tan inusual convoy ferroviario y entrevistando a las autoridades presentes, así como a algunos de los viajeros.
Destacaba entre las muchas personalidades que acudieron a la cita, Pere Macias, exconseller de Política Territorial y Transports de la Generalitat de Catalunya, así como portavoz adjunto en el Congreso de los Diputados del Grupo Parlamentario de Convergència i Unió. Se hallaban también presentes numerosos representantes de las administraciones del territorio y de otras diferentes instancias de Catalunya. Aparte de ellos, una multitud de público abarrotaba también los andenes para contemplar con detalle el material histórico llamado a formar parte de esta circulación inaugural.
Entre la comitiva oficial, destacaba también la representación del ámbito empresarial, encabezada por Joaquim Gay de Montellà, presidente de la patronal catalana Foment del Treball, quien se había desplazado especialmente al lugar desde la Cerdanya, donde se encontraba en aquellos momentos, porque no había querido dejar de asistir a un momento tan señalado. Por parte del empresariado local destacaba Emilio Santiago, en representación de la Federació Altempordanesa d’Empresaris.
Cercana la hora de la partida, los presentes comenzaron a subir paulatinamente a sus respectivos vehículos y a ocupar sus correspondientes asientos. Autoridades y representantes se acomodaron en el coche salón, que circulaba en cola, y viajeros con billete se distribuyeron en el resto de vehículos. Quienes iban a quedarse en tierra, apuraron los últimos minutos departiendo en los andenes a la espera de la señal que debía permitir la marcha de tan inusual composición.
Llegado el momento convenido por mi parte con RENFE y ADIF, dispuse que el convoy iniciara su marcha hacia destino, lo que tuvo lugar entre los gritos y aplausos de todos aquellos que se quedaban en los andenes de la estación y no iban a poder disfrutar del viaje inaugural. La composición que había decidido que protagonizara este servicio se hallaba compuesta por una locomotora diésel-eléctrica ex RENFE, de cuatro ejes, serie 10800, un vagón cerrado ex RENFE tipo J, un coche de 3.ª clase ex RENFE de departamentos independientes, otro coche también de 3.ª clase ex RENFE, pero de plataformas abiertas, y un coche salón también ex RENFE. Material, casi todo él, de finales del siglo XIX y principios del XX.
El material ferroviario en cuestión pertenecía, mayoritariamente, a la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, vinculada al Ministerio de Fomento, quienes lo habían puesto a mi disposición a estos efectos. El conjunto del convoy resultaba coherente y de gran belleza plástica, a excepción de la locomotora (excesivamente moderna), pues la de vapor que yo había dispuesto que remolcara el tren (la célebre Guadix) no pudo hacerlo aquel día por precaución puntual, a causa de las elevadísimas temperaturas reinantes y el consiguiente riesgo de incendios.
El tren fue surcando poco a poco el tramo por el que debía discurrir. Tramo, no cabe duda, de singular belleza a partir de cierto punto en que va totalmente paralelo a la singular costa marítima. Los viajeros asistían al paso por tan bellos parajes, tanto desde las ventanillas de los coches como desde las plataformas del coche con testeros abiertos. El convoy era esperado a su llegada a Portbou por un numeroso público. Allí estaba también, al frente de la Corporación Municipal, Josep Lluís Salas, alcalde la la localidad fronteriza. Fue éste quien recibió a la comitiva y departió ampliamente con ella mientras el material histórico que componía el tren era objeto de especial atención por cuantos se habían acercado a contemplarlo.
También los medios de comunicación volvieron a hacer acto de presencia. En esta ocasión, especialmente, para recoger testimonios de los viajeros acerca de la experiencia que había supuesto para ellos el viaje en un modelo de tren altamente singular y desconocido en aquellos territorios. Coincidían los presentes en señalar lo evocador que había resultado un viaje de este tipo, que había logrado retrotraerlos a épocas de su infancia o juventud. Todo ello se vería reflejado poco después en los informativos de las diferentes cadenas de televisión, dando cuenta del éxito de esta jornada inaugural del Tren Turístico “Costa Brava”.
Según la planificación del evento, los viajeros dispusieron a partir de este momento de varias horas para visitar la población o zona limítrofes y realizar las actividades lúdicas que tuvieran por conveniente. Llegada la hora programada, el convoy se hallaba nuevamente dispuesto en los andenes de la estación de Portbou para iniciar el viaje de regreso. Y ello sin que dejaran de llegar todavía gran número de curiosos, deseosos de contemplar el material histórico que formaba la composición. Tras ocupar los viajeros los diferentes asientos en los coches dispuestos al efecto, el tren inició su marcha de regreso hacia Figueres.